Guía completa para el diseño de sistemas de dosificación de fosfato para aplicaciones de agua potable. Parte 7
Consideraciones complementarias relacionadas con los sistemas de alimentación de fosfato
Actividad biológica en el sistema de distribución
El fosfato es uno de los nutrientes limitantes para el
crecimiento microbiano; por lo tanto, una dosificación excesiva puede provocar
el crecimiento biológico. Esto es fundamental para los sistemas de agua que
mantienen un residuo de cloramina (monocloramina) y utilizan tratamiento con
fosfato, ya que existe un mayor riesgo de actividad biológica dentro del
sistema de distribución de agua, lo que puede provocar problemas de calidad del
agua, como la reducción de residuos de desinfectante y problemas de sabor y
olor.
Para gestionar esto, los sistemas públicos de agua pueden
implementar conversiones periódicas de cloro libre (también conocidas como
quema de cloro) durante dos o tres semanas, generalmente dos veces al año, para
suprimir el crecimiento biológico.
Aumento de la Carga en las Plantas de Tratamiento de Aguas
Residuales
Los fosfatos utilizados en el tratamiento de agua potable
contribuyen en última instancia a un aumento de la carga de fosfato en el
sistema de recolección y tratamiento de alcantarillado sanitario. Esto puede
suponer una carga adicional para las plantas de tratamiento de aguas residuales
(PTAR), en particular para aquellas que deben cumplir con los estrictos límites
de fósforo total (PT) en sus efluentes, según sus permisos de vertido
ambiental.
Impactos Estéticos y Sabor Metálico
El tratamiento con fosfato no elimina el hierro ni el
manganeso del agua. En cambio, mantiene estos metales en forma soluble,
evitando así la precipitación que, de otro modo, causaría agua decolorada y
manchas. Sin embargo, dado que el hierro y el manganeso permanecen en solución,
su presencia puede afectar el sabor del agua, a menudo impartiendo un sabor
metálico.
Monitoreo de la Calidad del Agua
Para monitorear y ajustar la dosis y los residuos, se miden
periódicamente parámetros de calidad del agua, como el ortofosfato y el fosfato
total, tanto en agua cruda como en agua tratada. El ortofosfato se mide
directamente mediante el método del ácido ascórbico (p. ej., el método estándar
4500-P E o EPA 365.1), que detecta el fosfato reactivo sin digestión. La
medición del fosfato total requiere una digestión inicial (normalmente con
persulfato ácido) para convertir todas las formas de fósforo, incluyendo
polifosfatos y compuestos orgánicos, en ortofosfato, que posteriormente se mide
mediante el mismo método colorimétrico. Ambos resultados se expresan
generalmente en mg/L como PO₄ o como P. Restar la concentración de ortofosfato
del fosfato total proporciona una estimación aproximada de la concentración de
polifosfato para la aplicación en agua potable.
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